3.Sure it could hurt you, baby. But give it a little try.Tabla Alicia Keys.
Aparición
No se lo dijo a Mami y Kyoko. La desaparición de Sayaka Miki fue menos de un año antes y el dolor estaba fresco. Ellas dos se mudaron juntas (más bien Mami convenció a Sakura de que le permitiera adoptarla, con la condición de que dejara de robar comida y mejorara su afilado vocabulario hasta convertirse en la dama que era en el fondo) y a veces, Homura las visitó o hizo rondas con ellas, sintiéndose en un aparte, encontrando consuelo en manos invisibles que le rodeaban los hombros, casi oyendo susurros dulces sin llegar a distinguir una voz o las palabras exactas, que se traducían simplemente en ánimos para sonreír e ir a cenar con la señora Kaname. "Si tuviera una hija, sería como tú" y no parece ella muy convencida, pero sí que es como si quisiera creerlo o invocar con esa sentencia, un poder lejano y cálido, que ha existido en otra época y cuyo encanto traspasa todas las barreras del tiempo y del espacio.
-Vas a desaparecer pero no lo dices para no afectarlas. Los humanos no terminan de sorprenderme.
Akemi Homura ignora a QB, le pasa las palmas por el lomo y deja que se acomode sobre su almohada. Él la mira cuando los átomos comienzan a separarse en chispas. No es tan malo como pensó que sería. "Semilla de luto", piensa al mirar su Gema espiritual que también se deshace, flotándole cerca del pecho. Sabe solo a medias lo que significa, pues es demasiado pronto y ella aún es de carne y hueso, antes de deshacerse en luz.
Kaname Madoka, en su forma de diosa, seda blanca y una sonrisa de grosellas, la espera sentada sobre un anillo de Júpiter. Los recuerdos de lo que pensó un sueño, regresan en tropel y Akemi Homura cae de rodillas ante ella, que la abraza como hizo durante tantos años en la oscuridad de la inexistencia.
-Aún eres cobarde y torpe.-le dice Sayaka Miki, con las manos tras la espalda y su armadura de guerrera acuática, más enternecida que irritada. Puede que solo reste esperar a las demás. Mientras tanto, la reciben un montón de muchachas que brillan, con las almas unidas finalmente, porque ya no existen brujas, solo espectros de los demonios que crean los humanos en su desesperación.
-¿Verdad que tuve una buena idea?-le dice Madoka, dándole palmadas en los hombros, sonriendo y Homura Akemi asiente, pese a que sin saberlo, vivió una verdadera tortura esperando por un reencuentro.