026.Cerveza. Fandom insano.Tabla alcohólica.
Nelle altre mani
Azirafel se entretuvo más de lo que debiera en una oscura librería lleno de viejos volúmenes polvorientos a buen descuento. Quería nuevos ejemplares para su colección en el depósito del Soho y era una excelente ocasión como para dejarla pasar, a pesar de que notó que los niños a los que debiera seguir acababan de doblar por una esquina y perderse de su vista. Suspiró y bajó la guardia, lo que bastó para que tropezara con alguien, cuyo olor a colonia barata y azufre conocía bien. Solo bastaba el viejo Buick y las cintas de David Bowie que solía escuchar.
-¿Crees que tengan un plan especial para nosotros al hacer que nuestros caminos se crucen con esta frecuencia?-Se apartó para ver mejor al demonio de ojos huidizos, que siempre parecía estar de mal humor.
-Solo falta que me digas que vas detrás de esos huérfanos también. Estén donde estén ahora.-Señaló Crowley con el pulgar en la dirección que Azirafel tenía en la mira unos segundos antes.
-Solo podemos hacernos cargo de aquellos que desean ser salvados, a pesar de que cuidamos sinceramente a todas las…
Con una mirada cortante, Crowley le dio a entender que le sería conveniente detener la perorata preparada para esas ocasiones.
-El autodeclarado Señor de los Ladrones es mi presa. Ha ofrecido todo lo que tiene y lo que no para que nadie se entere de lo que es realmente y acaso para llegar a hacer su fantasía mitomaníaca una verdad.
Azirafel sacudió la cabeza, reprobatoriamente.
-Ese también ha pedido mucho en favor de sus protegidos. Sin embargo, son ellos mi misión, no él. Los hermanos, al menos, deben regresar con su tía y enseñarle a abrir su corazón.
-Ya me estudié el caso al dedillo de esa mujer. Me parece que se vendió por unos azulejos antiguos que quería para su casita en Londres.
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