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Verdaderas amigas
Fiona y ella se parecen mucho. Ninguna pensó que sería conquistada por exquisitos y exóticos galanes, excelentes en la cama: prueba la fertilidad de las dos. No le juró lealtad porque fuera la princesa del Lejano país, después de haber guardado su castidad durante años. Eran amigas y compartían el mismo destino en el pantano.
-Si por mí fuera, mi fiesta de bebé sería solo contigo, en serio.
Y la Dragona así lo cree, mientras que sopla en el horno del castillo para que se asen los panecillos bajos en calorías que repartirán a las molestas amigas falsas que recibirá.
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