Convivium
Le dolía el vientre por una ausencia que no podía precisar.
-¿Es un político otra vez?
Kaede sacude la cabeza, llevándola hacia los sótanos.
-Es un médico muy respetado en su ámbito.
-Comprendo.
Si vivía de curar a las personas, quizás no se ensañaría con Mai. Ella sonrió.
-Doctor Lecter, aquí está a quien usted esperaba.
Era un tanto espeluznante y Mai no pudo evitar sonrojarse y temblar.
-Está usted en un error, Madame Kaede. Estoy más interesado en usted. Joven Mai,¿le importaría subir a la cocina para preparar una sartén caliente?
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