16.
Insecto.Tabla básica.30vicios.
Casi cinco muertes
(es
lo último que tiene de ella. Un papel arrugado y húmedo entre sus
dedos, contra la palma de su mano que suda frío. Manchado con
sangre, con pólvora, con lágrimas, con el filo de su navaja y los
hechizos del adversario que las ha derrotado, llevándolas de
regreso. Aunque solo una de ellas aún respire. El cuerpo de Yamato
es valioso para investigaciones. De todos modos, Kouya lo aferró
como si sus brazos fueran tenazas)
Querida
Kouya:
(Quemé
la cena otra vez. Espero que no estés enojada. Hay ramen instantáneo
y té caliente, por lo menos. ¿Cómo te fue en el trabajo? Me he
sentido rara toda la mañana, como si algo fuese a pasar, ¿tú no?
¿Por eso has venido temprano?)
Sé
que es hora de ir a dormir, pero no puedo hacerlo todavía, aunque
tenga el cuerpo muy cansado.
(las
dos perdieron el sentido de la alerta con los años, al convertirse
en adultas. No lo esperaban pero Kouya se culpó. Después de todo,
como Combatiente, era su responsabilidad proteger a Yamato)
El
alma me bulle en el pecho y si mi voz no estuviera atrofiada por la
pubertad, me pondría a cantar el Agnus dei.
(el
embarazo de Yamato era de...menos meses que los meritorios según las
supersticiones para anunciarlo entre los círculos de amistades
falsas que generaron sus nombres igualmente...)
Más
allá de tus objeciones. Me gustaría rememorar la época que pasamos
(ese verano antes de comenzar el Instituto, el que nos dieron para
conocernos a gusto) en aquella ciudad costera...
(Cuando llegan
a destino, después de lo que parece una eternidad y nada, porque los
ojos de Kouya están llenos de lunas sangrientas, reacciona solo
porque tratan de separarla de Yamato, cuyo rostro se cubre solo por
un pañuelo)
...hace
no tanto tiempo, sin dolor en el corazón, porque en ese entonces no
conocíamos el peligro, que no fuera el de nosotras mismas, el de
vivir bajo las reglas de una maniática y en la posibilidad de una
derrota lo suficientemente drástica como para costarnos la vida.
(Sangre,
más sangre. ¿De qué sirve ganar ahora que no puede hacer esto
diferencia alguna? Ella misma olvida los golpes que da y avanza hecha
una furia, tras dejar a Yamato dubitativamente en el asiento del auto
que las ha traído contra la voluntad de ambas, que tiempo atrás era
una sola, desde entonces, cuando se fundieron en un mundo sin dolor,
donde se pertenecían y complementaban, por encima de una simple y
tonta marca sobre el busto)
Me
gustaría volver a acostar mi cabeza entre tus piernas y mirar las
estrellas, la luna que a penas se asoma desde la vista de nuestra
habitación de costos moderados
(Mamá-artificial-Nagisa-es-generosa-con-su-niña-adorada-Kouya-pero-no-se-te-ocurra-abusar-de-su-tarjeta-dorada)...
(-Pensé
que a estas alturas, habrías aprendido del resultado de tus
caprichos. ¡Ella te lavó la cabeza, Kouya! Debí haber hecho esto
hace mucho tiemp...)
...aprender
de tu boca entreabiertas las constelaciones e inventarles nombres
junto con juramentos de eternidad...
(No
hay muchas decisiones que tomar. Lo hubiera consumado por sí misma
para ahorrar tantas molestias y dolor, sobre todo por la espera a
Yamato. Una última vez, la navaja contra sus venas, sucia con
Nagisa, embebida en Yamato, lágrimas y sangre, Kouya con las fuerzas
que la abandonan, esperando terminar de rememorar esa vieja carta
deshecha en sus manos durante todo el trayecto, que de preferencia en
otro tiempo y en otro lugar más pacífico, sino en ninguna parte
pero sin duda juntas, su otra mitad, a la que se dio el lujo de
elegir antes que nada o a nadie, pronunciando cada magnífica palabra
de nuevo)
0 comentarios:
Publicar un comentario